Padre Luis Variara

10 marzo, 2018 • General

Agua de Dios significaba por entonces más una condena que una bendición, contrario al sentido de su nombre: fue el leprosorio más importante del país y en donde llegaron muchos colombianos, marginados socialmente por poseer la temible enfermedad de la lepra. Otro valeroso sacerdote italiano, también hijo de Don Bosco, había cruzado decididamente el puente que separaba a Agua de Dios del resto del mundo, el padre Miguel Unia, y había abierto las puertas a la esperanza para personas condenadas al destierro en su propia patria.

Las luchas políticas de la Colombia de finales del Siglo XIX como la Guerra de los Mil Días, no frenaron el ardor apostólico del joven sacerdote que organizó grupos musicales que llevaron la alegría a la que era conocida como la «Ciudad del Dolor».

Propone a 23 señoritas enfermas y familiares de enfermos (1902) a quienes dirigía espiritualmente, la consagración al Sagrado Corazón de Jesús como víctimas reparadoras (Carisma Salesiano Victimal).

Es aquí donde se descubre el germen del movimiento secular y base fundamental del Instituto de las Hijas de Los Sagrados Corazones de Jesús y de María, fundado el 7 de mayo de 1905, con algunas jóvenes hijas de enfermos de lepra o contaminadas ellas mismas, el instituto religioso, tendría en sus inicios grandes dificultades a ser aceptado tanto por las autoridades religiosos de la época como por algunos de los superiores salesianos. La humildad con la que aceptó las dificultades y las numerosas cartas que dejó han sido la prueba fundamental de su santidad.

Enviado a Bogotá, Mosquera y Barranquilla  con el fin de alejarlo del campo de su misión entre los enfermos de lepra, por fin fue transferido a su último sitio en Táriba, una población de Venezuela cerca de la frontera con Colombia. Del padre Luis Variara se destaca su actitud humilde que le hizo soportar en silencio las incomprensiones y quedan sus cartas dirigidas a las hermanas, que constituyen además un rico contenido del género epistolar y que evidencian la profundidad y seriedad con la que el beato asumió la cultura hispanoamericana y colombiana en particular. Presentida su última hora, se hizo transferir de Táriba a Cúcuta, no sólo porque allí residía una familia italiana conocida, sino porque fue su voluntad morir en la tierra que lo vio luchar y de la que no se alejó desde que llegó siendo un muchacho.

El padre Luis Variara murió en Cúcuta el 1 de febrero de 1923, con tan sólo 49 años de edad. Sepultado en Cúcuta, sus restos fueron transferidos posteriormente a Agua de Dios, a la capilla de la Casa Madre del Instituto por él fundado. Denuncio la injusticia, la marginación y la explotación de los enfermos de lepra alcanzando un cambio de actitud frente a los problemas sociales de Agua de Dios.  El 14 de abril de 2001 S.S. el Papa Juan Pablo II lo beatificó.

Nosotros

Movimiento Secular Padre Luis Variara

Puede ponerse en contacto con nosotros al correo: contacto@mspluisvariara.org dirigido al Sr. Rafael Rodríguez.

O a travéz de nuestro formulario de contacto.